En este artículo te cuento que puede llevarte a este problema y cuáles son los errores más comunes.
La duda es un elemento importante para descubrir, investigar, aprender y ser creativos. Nos impulsa a buscar nuevos caminos. Pero también puede crear una obsesión, buscar la racionalización en exceso y la seguridad en todo momento, nos puede llevar dudar constantemente de todo y de nosotros mismos. Nos puede llegar a bloquear al tratar de encontrar la seguridad en las respuestas que nos damos ante las persistentes dudas y pensamientos.
Quien pasa constantemente con dudas sufre mucho, pueden generar una verdadera sensación de terror, es mentalmente agotador, porque este tipo de duda o pregunta, en la mayoría de los casos, no se le puede dar una respuesta racional y cierta.
Cada vez que se le busca una respuesta a la duda, en vez de calmar, tiene un efecto paradójico, las dudas, la inseguridad y la incertidumbre se incrementan.
Es como una sensación de estar en un laberinto, buscando la salida con desesperación, y darse cuenta que entre más busca la salida más se adentra en el interior del laberinto.
¿Cuáles son los errores más comunes ante las dudas y pensamientos obsesivos?
· Tratar de eliminar, reprimir o rechazar las dudas y pensamientos que te perturban: al tratar de eliminarlo en realidad le estamos dando más importancia, es como estar alimentando el problema. La lucha constante para reprimir los pensamientos, en realidad los hace más fuertes.
· En caso que te hagas preguntas constantes, de las que generalmente no tienen respuesta, o la respuesta sea fruto de una conquista, por ejemplo: ¿Lo conseguiré?, ¿Seré capaz?, ¿Lo estaré haciendo suficientemente bien?, ¿Soy real en éste momento o me lo estoy imaginando?, etc. La trampa está en tratar de dar respuesta a preguntas que realmente no tienen una respuesta inteligente y veraz. Al tratar de dar respuesta, aunque sea una positiva, este tipo de preguntas tienden a multiplicarse en vez de apaciguarse.
Generalmente, estos pensamientos y dudas están dirigidas hacia el pasado, por ejemplo, ¿Si lo hubiera hecho de otra manera? o hacia el futuro, por ejemplo ¿Y si me equivoco?,¿Y si pasa algo malo? Como el pasado ya pasó y el futuro no podemos controlarlo, por lo que ninguna respuesta será realmente tranquilizadora. Cuando las dudas son en el presente, la persona hiper racionaliza sus puntos de vista, dudamos hasta de nuestra existencia en un plano material real, si en verdad estamos disfrutando o no de lo que generalmente nos ha dado alegría, si son reales nuestras relaciones interpersonales, si estoy sintiendo lo que debería de sentir, cuestionar la identidad sexual, etc.
Cada vez que intentamos contestar a las preguntas, aparecen otras nuevas que nos generan más inseguridad y ansiedad, conduciéndonos a un laberinto sin salida, creado por nosotros mismos. Luchar para combatir buscando las respuestas es como caer en la arena movediza, entre más luchas y te mueves para intentar salir, más te traga la arena movediza.
Para quienes constantemente son asechados por su propia mente con dudas, no es fácil tratar de no caer en los errores más comunes empleados para combatirlas, por eso es recomendable asistir a un proceso donde un profesional de salud mental especializado es estos temas, que facilite herramientas y técnicas específicas para este caso, que ayude a la persona a recuperar la tranquilidad y seguridad.
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